9 ago 2013

El hombre al servicio del teléfono

Últimamente he comenzado a irritarme demasiado con la gente que utiliza este tipo de equipos, también con los que utilizan los teléfonos convencionales, bueno, no con todos, mejor paso a describir un poco.
He cumplido mis primeros 32 años y tal vez este viejo, o tal vez no este hecho un salame :P

Observe muchas reuniones, citas de amantes, salida de amigos en la que absolutamente todos están sacando fotos a lo que hacen, en la oscuridad sus caras quedan iluminadas por la luz de sus teléfonos, nadie comparte nada nada con nadie sino es a través de facebook, twitter, google, etc.
Sinceramente lo que veo es que nadie comparte nada en la realidad, sacan fotos de la comida para compartir con sus “amigos” (para mi contactos) y solo la comen ellos, sacan fotos de sus vacaciones para compartir con sus contactos, pero solo la disfrutan ellos.

Veo que los más jóvenes, no todos, no son capaces de establecer una conversación real sino lo hacen como si fuera un chat.

Si de algún modo yo intuyera que esto se trata de una evolución lo aceptaría, pero me parece que es una completa involución, algo que no nos conduce a ningún lado, la gente por la calle ya ni siquiera mira el piso, miran sus teléfonos. En el transporte publico todos están jugando con sus teléfonos, en los aviones las azafatas deben verificar que esos equipos estén apagados, en el cine solicitan que los apaguen y sin embargo cada tanto suenan, ni siquiera los apagan, los ponen en mudo.

Veo que la gente esta disfrutando las cosas y al mismo tiempo las esta comentando con alguien que no esta, perdiendo la oportunidad de disfrutarlo con la gente que si esta ahí, nadie mira alrededor, nadie mira lo que ocurre a pocos metros, la mayoría de la gente solo puede ver a unos pocos centímetros, la distancia entre su cara y el teléfono.

Tengo montones y montones de ejemplos para afirmar que la gente no disfruta de las cosas sino puede compartirlas en la red, sino puedo retratarlas en fotos virtuales, sino puede demostrar que estuvo ahí.

En este simple acto me declaro independiente del teléfono, no me busquen insistentemente, no tengo que estar al servicio del teléfono, cuando pueda respondo, no esperen que comparta compulsivamente lo que estoy haciendo, con quien estoy, donde estoy, etc.

En este simple acto paso de la virtualidad a la realidad, voy a vivir mi realidad a través de mis sentidos y no de mi teléfono.

Buena suerte, espero que algunos se sumen a mi cruzada.

Quiero ver la cara de la gente, no la foto, quiero escuchar a la gente, no leerla, quiero compartir con la gente, no con face, quiero debatir de verdad no “comentar” quiero que las cosas me gusten en serio.


Martín Parodi

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